viernes, 4 de octubre de 2013

And, after all, she was still smiling :)

Hay veces que las cosas salen de una forma completamente diferente a cómo las habías planeado.  Pequeños detalles que escapan a nuestro control y que marcan la diferencia de una cerveza, de una noche o de una vida. Quién sabe si para bien o para mal, pero al final es un desenlace distinto, que nos abofetea aprovechando la ventaja que proporciona el factor sorpresa. Otras veces también puede suceder que una situación sobre la que has meditado cien veces y ante la cual te has propuesto una determinada actitud,  aparezca cuando menos te lo esperes, sólo para demostrarte que de nada sirven todas tus cavilaciones,  porque a fin de cuentas lo que has hecho no tiene nada que ver con lo que en un primer momento pensaste hacer.

Pero ¿y qué le vamos a hacer si la vida es una caja de sorpresas semejante a la que un día tuvo Pandora en su poder?  Reírnos al final de todo supongo...

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