lunes, 23 de noviembre de 2015

Y si el karma se va de vacaciones, mécete en sonrisas

Hay días  en los que todo sale jodidamente mal. Días  en los que no apetece levantarse de la cama, ni hacer el esfuerzo de entablar una conversación animada. Hay días en los que el karma se va de vacaciones, y te putea, hagas lo que hagas. Días  en los que es difícil sacar a relucir una sonrisa. Pero es en esos días  cuando te das cuenta de las cosas que merecen la pena, de la importancia de incorporarse  y seguir con la cabeza alta, de dejarse de lamentaciones y encontrar la razón para reírse hasta de uno mismo, que siempre estuvo ahí.  Días  en los que cuesta encontrar la propia  esencia, pero que, cuando lo consigues, te reconforta más  que nunca. Días  en los que cada  sonrisa sincera vale por diez, y en los que te das cuenta  de que, en el fondo, la vida es maravillosa. Y, cuando llegas a ese punto del día, entonces fue otro gran atardecer mecido por la cuna que cuelga de las comisuras de una sonrisa :)