domingo, 29 de abril de 2012

Locuras!



Esas cosas que haces cuando se te cruza un cable, se te va la cabeza y te da igual todo lo demás. Eres consciente de que tendrá consecuencias, que puedes liarla, pero te da igual, simplemente quieres hacerlo y lo haces. Esa adrenalina que recorre tus venas, que te empuja, te lanza hacia un resultado incierto. Esas cosas que haces sin pensar, que te salen de dentro, que puedes llegar incluso a no controlar, quién sabe. Puede ser un beso, un viaje, un concierto, una fiesta… cualquier cosa no planeada que te da la vena de hacer.

Esas locuras que le echan picante a la vida, que la hacen interesante, que te hacen sentirte más vivo que nunca. Mariposas, murciélagos, grillos en el estómago. Piel de gallina. Ojos brillantes. Sonrisa pícara. Esas locuras sin las que, al menos yo, no sabría vivir. 


I do what i want when I feel like it, all I  wanna do is loose control...

Coincidencias caprichosas del destino


Subo las escaleras mientras el conductor echa un rápido vistazo a mi billete y me permite el paso. Busco mi asiento, qué más da, si al final cada uno se sienta donde  quiere. Suelto los bártulos, me acoplo. Espalda en la ventana, piernas en el asiento de al lado. Me recuesto adormecida. Realmente me acosté tarde ayer, y hoy he madrugado demasiado. Miro a mi alrededor, analizo el entorno.

Casi todo gente joven, estudiantes que vuelven a casa el fin de semana. Caray, ese es realmente guapo, menudos ojos! Cada uno su historia, su vida independiente, y a la vez todas unidas durante unas cuantas horas en un autobús destino Granada. Miro al ecuatoriano del asiento de enfrente, habla alegremente por teléfono mientras el chico que está al lado intenta dormir. ¿Adoptado? ¿Inmigrante tal vez? Ni idea, pero os aseguro que escucha la música bastante alta, al menos así voy escuchando algo en el trayecto, ya que mi cabeza loca olvidó los cascos para variar.

Al bajar de este autobús se separarán nuestros caminos, cada uno tirará para un rincón de la ciudad, otros a pueblos, quizás me vuelva a encontrar con alguno de ellos por la calle, pero ¿qué más da? Ni siquiera nos percataremos de ello. El destino nos hace coincidir, nos revuelve, nos mezcla, hace lazos, nos separa… todo completamente al azar, a merced de sus caprichos. Quizás en estos asientos surgió una historia de amor, quizás fueron empapados con lágrimas de despedida de alguien al otro lado de la ventana. Quién sabe. Solo sé que más historias seguirán dejando el rastro de sus pensamientos, sus conversaciones, su música, sus vidas, su pasado en esta vieja tela de los asientos, sin apenas percatarse de que, quizás acaban de perder la oportunidad de conocer a la gran persona que tienen al lado…

martes, 24 de abril de 2012

Tan jodidamente cierto...

...que me has dejado sin palabras, sin saber qué decirte ni qué contestar. ¿Que lo siento? Demasiado típico, demasiado superficial, demasiado poco. Pero todo el mundo se equivoca, todo el mundo tiene derecho a pedir perdón y a dar su explicación. Aunque sea gilipollezca. Aunque carezca de sentido. Aunque, como yo, no la tenga. De todas formas, qué más da, si aún en el caso de que tuviera algo que decir ni siquiera tienes ganas de escucharme...

viernes, 20 de abril de 2012

Salvar la monarquía del Monarca.


He visto al rey de cerca en dos ocasiones en los últimos cuatro meses: en los actos de celebración de la Constitución de Cádiz y en la apertura solemne de las Cortes. No hacía falta ser muy avispada para percibir la torpeza de sus movimientos, su lentitud física. Fue un comentario generalizado.  También veo el país de cerca todos los días. Y lo veo poco más o menos como todo el mundo: asfixiado, desorientado, maltrecho.
Ni el Rey está para Safaris, ni el país está para tener a su monarca cazando elefantes.
Resulta obvio. La gran incógnita es por qué nadie de su entorno le impidió hacer este viaje. El sentimiento de desaprobación que ha recorrido el país se debe a la atroz insensibilidad que ha quedado al descubierto. Se puede añadir la hipocresía, la falta de transparencia, la descomposición familiar… Hay agravantes, pero lo más hiriente ha resultado ser la inesperada insensibilidad. El estupor ha sido tal que los dos grandes partidos han quedado demudados.
En el fondo, se trata de un buen síntoma. Significa que aún le creíamos cuando relataba su vigilia sobre los parados o pedía ejemplaridad para los cargos públicos. Como lo que no te mata te hace más fuerte, el accidente puede servir para reforzar la institución. No es posible justificar conductas como ésta con la vieja cantilena de que el Rey prestó servicios impagables al país en la Transición. Ya están amortizados, ya figuran en los libros de historia. Y más importante aún: si sólo se puede reivindicar aquello, se está dando la razón a quienes creen que la monarquía ya ha cumplido su función. Cuando una institución se justifica por su pasado, y no por su presente, se admite su inutilidad. Se está invitando a su liquidación directa.
Y sin embargo, no creo que sea el caso de la monarquía. Por principio, no me suscita simpatía una institución basada en un privilegio antidemocrático derivado del nacimiento. Pero creo que en un país como España, con su inclinación congénita a la división y más deseosa de reyertas que de debates, una monarquía moderna aporta estabilidad. Me refiero a una modernidad que no constituya un adorno, sino una convicción que la informe de arriba abajo: transparente en grado sumo, no sólo respecto a los dineros, sino a todas las actividades que desempeña. La inmunidad periodística de que ha gozado el Rey muchos años ha tocado a su fin. Urge adaptarse al principio de que lo que no se puede contar no se puede hacer. También habría de reducirse la Casa drásticamente, mediante reformas legales que establecieran claramente la autosuficiencia económica de las infantas, sus hijos, maridos y ex maridos, así como regular posibles conflictos de intereses.
Para todo ello no sólo hace falta una acción decidida del Gobierno, sino también del propio Rey. No es fácil reparar en que uno ha dejado de ser imprescindible. Un síntoma claro lo constituyen las noticias que nos da últimamente: sus cuitas amorosas, la descomposición familiar, la corrupción, los safaris. No aporta estabilidad sino que contribuye a la inestabilidad. Como los buenos traductores, un Rey es mejor cuando menos se habla de su trabajo. Hasta ahora, la permanencia de la institución pasaba por el Rey. Empieza a cundir la impresión de que hay que salvar a la monarquía del monarca. La petición de disculpas al país sería el broche de oro perfecto para un gran reinado.

Irene Lozano

martes, 17 de abril de 2012

Por esos detalles...

.. que llegan. Esa frase, esa palabra, ese gesto, esa sonrisa, ese abrazo, esa mirada.... que llegan justo cuando más lo necesitas. A veces ni te das cuenta de que te hacía tanta falta, pero cuando lo recibes te toca el corazoncito y no puedes evitar emocionarte.

No olvides esos pequeños detalles, porque, al final, son lo que más importa. 


Gracias por hacerme sonreir... :)


miércoles, 11 de abril de 2012

Happyfidad :)



Existen cuatro acuerdos de la sabiduría:
-El primero,  impecabilidad en la palabra, es el más importante de los cuatro, el don de la comunicación, el don con el que puedes salvar vidas o matarlas, sé consecuente con las palabras  y ellas lo serán contigo.
-El segundo, no tomarte las cosas personalmente, es decir, aparca tu ego en el garaje pues ni estás solo en el mundo y ni eres indispensable, deja que salgan de dentro de ti y sé más empático, harás más felices a los demás, sufrirás menos y te irán mejor las cosas.
-El tercero, no hacer suposiciones, haciendo suposiciones sufrimos, sufrimos y sufrimos pensando en cosas que ni siquiera son ciertas, simplemente te ocupan espacio y te causan un dolor irracional e innecesario, suprime esas cosas y deja de divagar sobre lo que podría o no podría ser.
-El cuarto, es simplemente hacer siempre lo máximo que se pueda, ser pura actitud, energía, levantarte y luchar, no parar, si cierran una puerta entra por la ventana, si te cierran otra sigue, al final encontrarás alguna abierta, no te regocijes en tu propio dolor ni te lamentes, la autocompasión no sirve absolutamente para nada. 
Poco a poco, ve poniendo en práctica los cuatro, y el resultado no se hará esperar: 
PURA FELICIDAD

martes, 10 de abril de 2012

Soñadores y realistas

en este mundo hay soñadores y realistas, lo mas logico es que soñadores se juntaran con soñadores y realistas con realistas pero no, soñadores se juntan con realistas y realistas con soñadores. esto es bueno ya que los soñadores sin los realistas volarian demasiado cerca del sol y los realistas sin los soñadores tal vez nunca despegarian..

Y tú, ¿quién eres?