miércoles, 26 de junio de 2013

SUMMERTIME :)

Acaba el curso en un suspiro. Parece mentira que haya pasado otro año más, segundo de carrera terminado, con todo su estrés , trabajos y exámenes correspondientes. El primer año con mis compis de piso, el segundo en Cádiz. El tiempo vuela y aún no me parece verdad eso de “no tengo nada que hacer”.

Estaba deseando soltar el boli, entregar el folio, despedirme y salir por la puerta a beberme mi libertad. Ganas de gritar aumentando, de pegar saltos, de correr lejos de las cuatro paredes que encerraban mi mente hasta hoy. Hoy. Con todo mi tiempo para disponer de él como me plazca. Con todas esas promesas de noches de verano inolvidables. Con calurosas tardes a la sombra  y juegos de mesa. Con agua, ajetreo y amigos que ver. Hoy. El día en el que EL VERANO EMPIEZA.

Un verano lleno de sueños, viajes, planes, cosas por hacer. Tumbarme bajo el sol y escuchar música, ir  a la playa, salir, cafés con hielo, helados, deporte, aire libre, cachimbas. Quiero aprovechar cada minuto, hacer cada instante memorable, que quede grabado a fuego en cada una de mis neuronas. Voy a llenarlo entero de Momentos, con mayúscula, sin tirar los segundos a la basura. Pienso reírme como la que más, salir como la que más, conversar como la que más… vivir el verano al límite hasta su última exhalación.


Una colección de deseos, el comienzo de esa ansiada libertad, infinidad de ideas por inventar. Señores, señoritas, sujétense fuerte a la cola del viento, porque no sabemos dónde nos llevará este año. 

Bienvenidos al Verano 2013!!

domingo, 23 de junio de 2013

Veinte.


Veinte años. Veinte primaveras. Veinte vueltas al sol.  Parece que fue ayer cuando mi mayor preocupación era conseguir el mejor tazo, o ser la última en sobrevivir jugando al quema. Echo la mirada atrás y encuentro un enorme álbum lleno de recuerdos, experiencias, amigos, lecciones y sonrisas. Cada año una aventura, cien mil momentos para coleccionar, aprendiendo a crecer.  Todos y cada uno de ellos inolvidables, son parte de mi y de lo que soy hoy.

Me acuerdo de aquellas merendolas a base de mediasnoches en cada cumple, rodeados de bolas de colores, toboganes, Coca – Cola sin cafeína y la típica bolsita puntiaguda de chuches. Fiestas sorpresa, globos, unas palabras, vídeos de esos que te hacen simular alergia. La primera noche en la playa, puesta de sol, hogueras, algo de tarta y alcohol. Soplar las velas mientras la brisa acaricia tu cara. Amanecer con cara de locos alrededor de unas cenizas, con ojos cansados, pero con un brillo alegre de haber pasado una noche inolvidable. Aquel beso congelados entre olas, correr para no perder el autobús, brindis por un año más en la piel.  Las bromas, las anécdotas, las risas, unas bengalas  malagueñas que más tarde nos buscarían por Internet.

El tiempo pasa volando, conoces gente, unos llegan para quedarse, otros acampan por un tiempo, otros pasan de puntillas. Llegas a sitios donde jamás te hubieras imaginado que llegarías, te miras en el espejo y te preguntas cómo aquella niña perdida que no sabía qué hacer con su vida a los 15 ha llegado hasta aquí. Cómo ha conseguido sobrevivir a tantas cosas, cómo ha conseguido llegar a ser quién es. Poco a poco vas encontrando en tu reflejo una mujer que, quizás aún no tenga claro su futuro, pero sabe que si ha llegado hasta aquí va a luchar hasta conseguir lo que se proponga. Que cada año es un regalo, que hay que saber coger al vuelo cada oportunidad que te da la vida y exprimir cada suspiro que da un segundo. Que no importa no saber, lo importante es preguntar, querer aprender, poner alma y corazón en cada cosa que hagas.

Y, joder, no hay nada mejor que mirar atrás y no poder evitar una sonrisa. Porque no hay comparación a la felicidad de sentirte satisfecho con tu vida, con el rumbo donde te están llevando tus pasos. Estar a gusto contigo mismo, con quien has sido, eres y en quién te estás convirtiendo poco a poco. Me encanta ver cómo he madurado, revisar esos errores que cometí y de los que no me arrepiento, porque me han enseñado a vivir, a entender que ser feliz es una decisión, que es apreciar los detalles en las pequeñas cosas. Pero lo mejor es sentir que, a pesar de todo, en el fondo sigo siendo la misma, con esos arrebatos de locura, esa impulsividad que lleva mi vida al galope de la improvisación, esos pelos de loca y esos morros de pato. No haber perdido esa capacidad que adquirí para acabar pensando en positivo cuando todo parece desmoronarse, regalar sonrisas solo porque sí, porque me gusta ver cómo sonríen los demás, de  solucionar todo a carcajadas. Porque no hay nada como reírse hasta de la propia sombra.

Y es que sólo puedo sentirme afortunada y daros las GRACIAS.  Gracias a todos los que me habéis ayudado a ser como soy, a seguir mi camino, a no perderme en mi burbuja y devolverme un poco los pies a la tierra cuando hacía falta.  A esos que me pusieron un poco de cordura entre mis idas de olla y a los que me dieron el empujón que me faltaba para saltar al vacío cuando hacía falta que me alumbrara un poco la locura. Gracias a esos que me han dado la oportunidad de conocerlos un poquito más este año, a los que me sacaban una sonrisa cada mañana o cada noche,  con algo tan simple como un “Buenos días Gim”, un “acuchón” o un “buenas noches princesa”. Gracias a los que habéis soportado mis ataques de histeria momentánea, mi bipolaridad y mis resoples de pura ofuscación.  Por aguantar mis empompamientos y mi habilidad para meterme a soñar en mi mundo, por perdonar mis despistes (que son millones) y mi cabeza loca. Gracias a los que me escucháis y me contáis vuestros secretos, rayadas y movidas, porque no hay mayor honor para mí que tener vuestra confianza.

Gracias a los que habéis puesto patas arriba mi vida en algún momento, bajo promesas de diversión o locura. A los que, en muy poco tiempo, os habéis ganado un hueco para siempre en mi corazón. A los que me hacéis amena la monotonía de la cotidianidad con cada broma y a los que veo menos de lo que me gustaría,  pero sé que siempre puedo contar con ellos. Gracias a “los de toda la vida”, esos pesados que han estado y están año tras año, sin cansarse, creciendo conmigo. Ésos que empecé invitando al Chiki-Park,  con los que luego salté hogueras y ahora no se olvidan de llamar.


Granaínos, extremeños, almerienses, leoneses,  gaditanos, ceutenses, mallorquines, sevillanos…  Da igual de dónde, pero cada uno de vosotros aporta un color distinto a mi vida y sois especiales para mí. Y gracias por estar ahí en este cambio de década, esta quinta parte de siglo, estos veinte añazos, unos más y otros menos, pero que, sin cada uno de vosotros, no hubieran sido lo mismo.


Os quiero. 

viernes, 21 de junio de 2013

"Si Siempre te dices Nunca, al final Nunca será Siempre..."

Nunca era una niña precavida y realista,
Siempre era un niño soñador y aventurero.

Un día Siempre le comentó a Nunca que quería viajar al sol, 
Nunca intentó quitarle la idea de la cabeza;

le dijo que si seguía teniendo pájaros en la cabeza, 
un día volarían y nunca podría volver.

Nunca hacía de cuerda para sujetar el globo de sus deseos, 
pero Siempre nunca cesó en su empeño de viajar al sol.

Tal era el peso de sus sueños y tantos pájaros tenía en su cabeza,
que todos a la vez emprendieron el vuelo y Siempre se perdió en el cielo.

Hay quien dice que Siempre murió, otros que cumplió su sueño,
pero Siempre nunca volvió 
y de todo lo que pasó Nunca nunca lo supo porque echó raíces en el suelo.



jueves, 20 de junio de 2013

Nunca me gustó la gente con aires de superioridad.

Me sorprende la capacidad que tiene la gente de pedir respeto mientras critican cada paso que dan los que están a su alrededor. Reclaman tolerancia con sus gustos, forma de ser, de vestir, de divertirse… de vivir en definitiva. Se excusan en que es su cuerpo y su vida, alegan que nadie es perfecto y no sé cuantas estúpidas razones más por sus bocas de viperinas lenguas que se agitan ansiosas por escupir veneno sobre cualquiera que no siga sus cánones estilísticos. Hipocresía se queda corto. Respeta mi flow y muerte a Justin Bieber. Por favor. No digo que el muchacho sea un máquina, pero joder, como mínimo da lo mismo que pides. Además, ¿quién no ha sido una grupi quinceañera y loca por un grupo? 

Me indigna ver cómo unos critican que los marginen mientras ponen caras de asco sin dar la oportunidad de que los conozcan. Otros, rabian porque los miren con caras de asco mientras miran por encima del hombro. Otros, odian que los miren por encima del hombro mientras escupen al paso de quiénes son diferentes. Pues de puta madre. ¿Dónde quedó eso de mirarse al espejo antes de abrir la boca? El respeto por las ideas ajenas, el derecho a equivocarse, la libertad de expresión... No sé, todas esas estupideces olvidadas que hacen el mundo un poquito mejor. Es tan simple como tratar a los demás como quieres que te traten a ti. Si no quieres ser juzgado, no juzgues ni prejuzgues. Que aquí nadie ha roto un plato hasta que se encuentra toda la vajilla rota en el cubo de basura.

martes, 18 de junio de 2013

Un soldadito marinero anclado a la locura

Largas patillas y una gorra. Un cigarro en el clavijero de la guitarra. Poesía cantada. Esa voz capaz de engrasar un corazón oxidado. De hacerte ser mucho más guapo cuando no te sientes feo. No sé que tiene su música, si es la Magia de Platero y tú,  el toque de Extrechinato o simplemente Fito & Fitipaldis. La cuestión es que tiene algo, algo que te inunda por dentro en cada compás, en cada nota, en cada palabra que sangra.

Indescriptible. Da igual el estado de ánimo en el que te encuentres, que un poco de Fito siempre viene bien. Increíble cómo convierte en virtud defectos y te hace ver que lo más importante es eso que nadie te enseña.  Lecciones de vida escondidas en cada verso, la humildad de admirar las flores que crecen en la basura y siempre sin perder su esencia. Algo diferente, un toque de rock con quizás jazz , blues y sonidos sureños que siempre consiguen empaparme de tranquilidad y buen humor.

Un buen amigo me dijo que “sus canciones te reviven matándote. Te joden sus verdades, pero te da una pizca de esperanza que te levanta”. No sé si será la esperanza o las verdades escupidas a la cara, pero la sinceridad de su voz rasgada tiene algo que atraviesa el alma y calma los corazones inquietos. Y, para mí, Fito es terapia. 

Gracias, por todos eso momentos al son de las notas de tu guitarra, por esas rojitas orejas, por ayudarme a escapar cuando lo necesito, por seguir siendo tú en cada canción. 





lunes, 17 de junio de 2013

En busca de la felicidad...

Miras por la ventana dejando la vida pasar entre tragos de cerveza. Un día tras otro. Igual. Unos con un par de cigarros más que otros. Intercalas caladas de humo blanco con alguna carcajada absurda. Pero en el fondo sabes que estás vacío. Que sigue siendo otro día igual, con las mismas caras colocadas alrededor, la misma rutina. No sabes el rumbo de tu vida, tampoco te preocupas en dárselo. Sigues dejándola pasar inmerso en el aburrimiento de la cotidianidad. Sin entender que, a veces, hay que tomar una decisión. Levantarse del sofá, ducharse con agua fría y estar dispuesto a seguirla con determinación hasta el final. No importa lo imposible que sea, no importa de qué se trate, sólo luchar hasta conseguirla, tarde el tiempo que tarde. Porque las metas dan sentido a nuestra existencia. Porque necesitamos llegar a ser alguien. Sentirnos realizados, satisfechos y orgullosos de nosotros mismos. No importa las veces que fracases, porque a mayor esfuerzo, mayor será la gratificación de la recompensa.Y no te preocupes por cometer un error, porque un error no es una derrota, es una lección que te ayudará a no equivocarte en el futuro. Piensa que, si otros lo consiguieron, ¿por qué no vas a poder hacer tú lo mismo?

No eres menos que los demás, y dudo mucho que tengas menos posibilidades. Sólo es cuestión de proponérselo firmemente. Esforzarse, ser constante, no perder la sonrisa ni las ganas. Hacer algo productivo con el escaso tiempo que alguien caprichoso nos ha dado. Y créeme cuando digo que luego merecerá la pena. 

domingo, 2 de junio de 2013

Efecto mariposa

A veces me pregunto cómo sería mi vida si no hubiera conocido a tal persona, no hubiera ido tal sitio o no hubiera hecho tal cosa. Es curioso cómo cualquier mínimo detalle podría cambiar toda mi vida desde ese momento. En un segundo. Cualquier pequeña e insignificante decisión que tomamos condiciona nuestro destino y el de personas de las que quizás no sabemos ni de su existencia. Decisiones entrelazadas que van forjando el destino de unos y otros, destinos que se encuentran, se separan y chocan continuamente. 

Creo que cada uno va escribiendo su futuro con sus acciones, según los caminos que va tomando. Pero también creo que está condicionado por el destino. ¿Cómo podemos tener libertad para escribir si estamos condicionados? Pues bien, en mi humilde opinión, el destino son todas esas decisiones de otras personas que se enlazan con las nuestras modificándolas, completándolas y haciendo que surjan toda clase de "casualidades" en la probabilidad de lo improbable. Cada momento de nuestra vida lo hemos decidido nosotros, pero también todos aquellos que estaban a nuestro alrededor e influían con sus respectivas elecciones. Fascinante. Cómo podemos cambiar la vida de alguien que no conocemos sin ni siquiera darnos cuenta, lo grande que puede llegar a ser una pequeña acción. Y es que al final lo importante está en los pequeños detalles. En ese autobús que tienes que coger y que al final pierdes o en esa carpeta olvidada en la biblioteca. Porque todos somos parte de una misma cosa, un complejo sistema social, una teoría del caos en la que una pequeña variación inicial puede implicar grandes diferencias en el futuro, el huracán del batir de las alas de una mariposa...