lunes, 17 de junio de 2013

En busca de la felicidad...

Miras por la ventana dejando la vida pasar entre tragos de cerveza. Un día tras otro. Igual. Unos con un par de cigarros más que otros. Intercalas caladas de humo blanco con alguna carcajada absurda. Pero en el fondo sabes que estás vacío. Que sigue siendo otro día igual, con las mismas caras colocadas alrededor, la misma rutina. No sabes el rumbo de tu vida, tampoco te preocupas en dárselo. Sigues dejándola pasar inmerso en el aburrimiento de la cotidianidad. Sin entender que, a veces, hay que tomar una decisión. Levantarse del sofá, ducharse con agua fría y estar dispuesto a seguirla con determinación hasta el final. No importa lo imposible que sea, no importa de qué se trate, sólo luchar hasta conseguirla, tarde el tiempo que tarde. Porque las metas dan sentido a nuestra existencia. Porque necesitamos llegar a ser alguien. Sentirnos realizados, satisfechos y orgullosos de nosotros mismos. No importa las veces que fracases, porque a mayor esfuerzo, mayor será la gratificación de la recompensa.Y no te preocupes por cometer un error, porque un error no es una derrota, es una lección que te ayudará a no equivocarte en el futuro. Piensa que, si otros lo consiguieron, ¿por qué no vas a poder hacer tú lo mismo?

No eres menos que los demás, y dudo mucho que tengas menos posibilidades. Sólo es cuestión de proponérselo firmemente. Esforzarse, ser constante, no perder la sonrisa ni las ganas. Hacer algo productivo con el escaso tiempo que alguien caprichoso nos ha dado. Y créeme cuando digo que luego merecerá la pena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario