miércoles, 9 de octubre de 2013

Peor para el sol...

La cerveza le refresca los labios mientras la nota pasar helada a través de su garganta. Mira más allá de su acompañante, envidiando a las gaviotas que vuelan hacia la puesta de sol. Sus gafas recogen el reflejo anaranjado de las nubes teñidas de ocaso sobre la playa. Se muere por sentir la arena entre los dedos, así que apura la jarra de un trago y se acerca con paso decidido hacia el punto exacto en el que Lorenzo se besa con el mar en una explosión de luz ardiente. Escucha las olas romper con fuerza en la orilla, absorta en sus pensamientos mientras le revuelve el pelo la brisa marina. El roce de otra piel en el dorso de su mano la trae de vuelta al mundo. Lo mira y él le devuelve la mirada con intensidad. Le retira un mechón de la cara y de repente es consciente de que está tan cerca que podría... Y él la besa antes de que termine de formarse el pensamiento en su cabeza, llevándosela lejos mientras los últimos rayos van acostandose perezosamente en una cuna de agua salada y espuma...

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