sábado, 12 de octubre de 2013

Gone.

Él le preguntó que si alguna vez se acostaba temprano. Ella le dijo que le gustaba contar estrellas. Él señaló un cometa. Ella pidió un deseo. Él desapareció fundido en la cola fugaz  y ella se quedó sentada y confundida, sin saber si era tristeza, ira, alivio o alegría lo que sentía desde su marcha.

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