jueves, 26 de septiembre de 2013

Un fire muffin, por favor :)

Hoy por fin aprecio el final de una bonita época de mi vida, siento en la comisura de los labios el sabor amargo de la despedida a la vez que aparece en ellos la curva de la felicidad desprendida de esos imborrables recuerdos del verano. Carcajadas escapadas de las "bromillas de colegas", el frescor de una piscina a las 6 de la mañana, la tos de dos tequilas con sal y limón, el ritmo de dos pares de tacones por el carril bici en un Martes-Mae, cuatro pupilas iluminadas por una Alhambra imponente en una noche de luna llena. Un partido de volley al ritmo de Kakkmadafakka, la piel brillante por el sudor en un concierto, frases que sólo nosotros entendemos, la perfecta porción de medio shawarma a la hora en la que se despiertan las calles, milnohs sonando al chocar cristal contra cristal en "nuestro bar". El gol que da una victoria en el futbolín, aunque no importe quien gane, discusiones políticas en un mirador, un peligroso juego de cartas, el pelo al viento en un descapotable, caprichos con sabor a mojito, un café con leche y una conversación profunda. Grabaciones tontas por whatsapp, un nihaoo "inesperado", cuerpos poseídos por las notas de una canción de música electrónica, ¿¡licor 43 para botellón!? Y qué más da una bronca si acaba en un abrazo, y qué más da una rayada si desemboca en un brindis de cubatas y sonrisas derrochadas. Y qué más da liarla cien mil veces si tienes a alguien que te diga que no pasa nada, que no te preocupes porque está ahí pase lo que pase.

Hoy no me cabe la tristeza tras un verano cerca de la perfección, se acaba una época pero queda la expectativa de superarla en el futuro, miles de recuerdos embadurnados en alcohol, corazones inquietos por amor y desamor, amistades fundidas en un abrazo, conversaciones a las tantas de la madrugada, atracos al frigorífico seguidos de mañanas llenas de rasquitos y pereza infinita.

Y queda la tranquilidad de que es sólo un "hasta luego", de que quedan mil planes trazados a partir de sueños por cumplir y de que hay cosas que el tiempo no consigue desgastar. La seguridad de que sin cada uno de los que han formado parte de mi vida este verano no hubiera sido lo mismo, pero sobretodo sin mi Zipi, esa del mismo jersey a rayas, mi compi de todas esas locuras cometidas, en las que sé que no me seguiría nadie más, la única que comparte esa complicidad y esa forma tan nuestra de ver el mundo. Pensamientos impresos en una mirada electrizada por la telepatía, conversaciones sin palabras, sonrisas que dicen para nosotras lo que para otros callan. Te echaré de menos,  a ti y a toda la parafernalia que nos acaba siempre por rodear sin que lo pretendamos,  esa clase de cosas que sólo nos pasan a nosotras.

Sé que probablemente tengas un viaje cargado de nostalgia, que puede que sientas la atosigadora sombra de la distancia cerniéndose sobre ti a medida que el tren se aleja, pero no olvides que hay cosas que los kilómetros no pueden separar y que, siempre que lo necesites, estaré por aquí para escuchar lo que te pasa por esa cabecita loca tan tuya. Gracias por este verano, por cada momento, cada sonrisa y cada buen recuerdo que me has ayudado a coleccionar. Por el apoyo y las tonterías, por saber cómo conseguir que no me dé un infarto y cómo liarme para que acabe siempre en la calle enlazando los cafés con las cervezas. Te veo pronto princesa ;) Te quiero.

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