miércoles, 28 de noviembre de 2012

¿Una publicidad divertida?


Es evidente que la publicidad ha evolucionado en los últimos años. Cada vez más se sirve de técnicas innovadoras para no sólo vender un producto, sino enlazar al público con la marca, que se sienta identificado, comprendido y arropado por ella. ¿Cuánta gente hay fan incondicional de los vaqueros Levi’s, las Vans o Zara? La publicidad es mucho más que la venta, va más allá, pretende establecer una relación, interactuar con la sociedad, que haya una comunicación bidireccional y tener una buena imagen entre el público.

Para ello encontramos con un abanico enorme de posibilidades creativas, de innovación y aprovechamiento al máximo de los recursos tecnológicos. Hoy en día la publicidad no acosa ni es intrusiva con los usuarios, la nueva publicidad pretende que sea el propio público el que vaya a buscarla a ella. Y no estoy hablando sólo de anuncios que divierten, que nos gusta cantar su canción o nos emociona el video que crean. Es algo más. Es interactuar con ella.

Quizás no estéis de acuerdo, pensando en los típicos anuncios de internet en los que pinchas y te salen cien mil cookies distintas. Sin embargo, ¿a quién no le llama la atención una aplicación de Durex en la que, al frotar dos iPhones, nace un bebé cuya única opción para que desaparezca es escanear el código QR de la caja de preservativos y ponerle un preservativo virtual al móvil? ¿O a que estudiante no le gusta una aplicación de Gallina Blanca  en la que pones todos los ingredientes que tienes y te facilita una receta? ¿O a que hombre no le gustaría una aplicación en la que puede disfrutar de una experiencia de conducción de un Ferrari con el sonido exacto que hace según la marcha y revoluciones que empleemos? Todas ellas se las descarga el usuario por elección propia, y todas son, al fin y al cabo, publicidad.

9 comentarios:

  1. Pero la publicidad no es sino otra forma de control de masas. Se puede hacer mucho daño con la publicidad, y se hace. Porque puede que ese padre de familia que quiere conducir un F1 lo quiere conducir porque también la publicidad le ha incitado a eso. Y, cómo no, habrá que comprar un móvil que le permita tener esa aplicación. Y de paso, una funda nueva.

    ¿Es realmente que nos ofrecen lo que queremos, o que lo queremos porque nos lo ofrecen? Al precio que sea.

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  2. Las personas somos egoístas por naturaleza, la sociedad actual nos enseña a ser consumistas, a querer más y más y no conformarnos con nada. La publicidad no hace más que aprovechar algo que ya está ahí, solo intenta responder a ese deseo con su marca, demostrando que es mejor que de la competencia.

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  3. Las personas son también débiles por naturaleza. Y en su mayoría prefieren vivir cómodos en la ignorancia. ¿Debe eso aprovecharse para instaurar... gustos, aficiones, o incluso (que es más real) una forma de gobierno? También está ahí. También se usa. Tampoco es bueno por eso.

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  4. Vivimos en la sociedad de la información. Hoy en día las personas no sólo están continuamente recibiendo información sobre su entorno, sino que también son críticos y contrastan sus fuentes cada vez más. Quien vive en la ignorancia, es porque así lo desea. De esta manera, cada vez nos pensamos más en qué vamos a gastar nuestro dinero o a quién vamos a elegir, y la publicidad sólo intenta favorecer la balanza a su favor.

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  5. Pues claro, aprovecha una situación favorable para sí, pero en realidad es a costa de los demás. Una publicidad competente es la que da oferta, no la que crea demanda. Es un desgaste continuo, por mucho que se lucre a sí misma es perjudicial para la sociedad. Acuérdate del monólogo de Tyler Durden:



    "Veo mucho potencial, pero está desperdiciado. Toda una generación trabajando en gasolineras, sirviendo mesas, o siendo esclavos oficinistas.La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos, no hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine, o estrellas del rock. Pero no lo seremos, y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados."

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  6. La publicidad no crea demanda, la demanda ya esta ahi. y hablo de publicidad buena, que dice la verdad y sigue una etica. Como dice un gran publicitario " Si no creen ustedes q son necesarios los desodoranyes estan en su dereho de criicar a la publixcidad por haber persuadido al 87% de los hombres para q losusen. Si no les gusta la sociedad opulenta es normal q culpen a la publicidad por incitar a las masas a ser opulentas".



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  7. Áhi esta el problema. Tanto tu como ese publicista habláis de vender cosas útiles, què la gente necesita para su vida. Pero yu misma has dicho antes què la publicidad aprovecha la debilidad del hombre en consumismo, asi què eso nos lleva a crear demanda de cosas què no son necesarias pero què nos venden como tal.

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  8. Pero no es cuestion de solo la publicidad sino d la sociedad. La publicidad no crea los gustos de las personas, solo proporciona informacion que la sociedad acepta o rechaza. El error no esta en ella sino en los consumistas y de alguna manera en la propia personalidad del ser humano.

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  9. Eso sería una publicidad responsable, la que ofrece algo que puedes querer o no. Pero no es problema del ser humano, ni característica de la sociedad ser voluble. Antes ya has puesto de manifiesto la realidad, un tanto maquiavélica, de que si la sociedad es susceptible de ser influida, hay que influirla.

    Ayer mismo en mi universidad me fijé en que todas las chicas que había en el aula de estudio, todas toditas todas, llevaban los mismos botines pero en diferentes colores. Con una cuña como tu cabeza. ¿Casualidad? Ni yo mismo debería saber lo que es un botín, ni es útil para mi desarrollo natural ni para mi supervivencia. Pero ellas mismas ni saben por qué los llevan, sino porque hay un anuncio de H&M en cada esquina con ese calzado.

    Y como mi hermana tiene doscientos pares de zapatos en el armario, muchos iguales, pero que se ha puesto una vez, según dicta la "moda" que no es más que publicidad inducida con otro nombre. En otras circunstancias no le hubiesen gustado, pero coincidencia o no le gustan cuando sale en una valla publicitaria.

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