Ese momento en el que te te encuentras con alguien importante de tu pasado. Cuando empiezas a hablar y hablar recordando viejos tiempos, todos esos momentos compartidos, lagrimas y sonrisas, peleando y haciendo el amor. Cuando miras a los ojos de la otra persona y sigues viendo el fondo del alma, que sorprendentemente sigue siendo el mismo. Te das cuenta de todo lo que ha pasado, tan poco y tanto tiempo a la vez. La gran cantidad de cosas que han cambiado, lugares... situaciones... personas... Cómo cada vida, cada alma, va siguiendo su propio camino, dando vueltas y vueltas, sufriendo encuentros y desencuentros sin saber nunca lo siguiente que va a pasar.
Y, joder, es curioso echar la vista atrás. Asusta la rapidez de los años y alegra la felicidad con la que los recuerdas. Dicen que idealizamos lo pasado, anhelamos lo futuro y olvidamos el presente. No sé si será idealismo o no, pero, visto lo visto, creo que prefiero seguir arrepentiéndome de lo que hago que de lo que dejo sin hacer ;)
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