Un día de esos que estás como bien pero susceptible. Como... raro. Que mejor que me dejes a mi bola, a mi aire, porque estoy en ese punto de que como me sigas tirando de la lengua viperina que tengo en este momento te voy a terminar pegando un bufio y diciéndote un par de verdades duramente dichas. Aparentemente tranquila, pero sólo es una tranquilidad que pende de un hilo. Hoy no ladro, pero muerdo.
Yo creo que a mi estudiar no me sienta bien, realmente lo creo, me resulto insoportable hasta a mi misma, molestándome por gilipolleces. Pero qué le vamos a hacer, no lo puedo evitar, aunque te aseguro que lo estoy intentando.
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