Yo siempre he dicho que hay que vivir una vida digna de recordar, para que cuando eches la vista atrás al final del camino no tengas ningún remordimiento ni te arrepientas de nada. Todo eso es muy bonito, sí, pero ahora bien, ¿cómo coño vas a saber con 20 años las cosas de las que te arrepentirás y de las que no?
Pensar puede parecer una buena respuesta a primera vista, pero ¿cómo sabes que no te vas a arrepentir de haberlo pensado demasiado? El equilibrio es el siguiente paso, pero ¡a saber dónde narices se esconde el punto intermedio!
Al final te pasas la vida pensando sin pensar, siguiendo impulsos sin buen puerto y saliéndote todo bien del revés. Y si en algún momento lo tienes más o menos claro, seguro que llega alguien con su jibba jabba que te hace volver a replantearte los cimientos de tu vida.
Lo más triste es que, después de todo, no somos más que restos de una sociedad corrupta, unos valores cada vez más perdidos y una cultura capitalista. Y demasiado bien nos va, viendo lo que nos toca.
Pero qué nos queda sino seguir intentando capturar grandes momentos, vivir nuevas experiencias y encontrar el lado maravilloso de la vida ;)