Que ganas tenía de coger la maleta y volver a casa. Entrar por la puerta y que mi hermana me afixiara con un abrazo. Que mi madre me envolviera con ese perfume al darme un beso y poder quitarle esa sudadera grande y vieja a mi padre. Que mi perrilla saltara a mi alrededor y me trajera la pelota moviendo el rabo. Que él me comiera a besos y me abrazara, rozar su piel, sentir su olor, ver su sonrisa. Sentir con millones de pequeños actos que por fin estoy en casa. Porque es Navidad y apetece estar con los tuyos, con tu gente, en casa comiendo turrón al lado del árbol y la decoración navideña. Y ahora que estoy en mi sofá, con mi manta, con mi tele... os deseo a todos una Feliz Navidad :)
Vuelve, a casa vuelve, vuelve a su hogar, que hoy es Noche Buena y mañana Navidad...
Nos encanta criticar. Y criticamos. Nos pasamos el día como cotorras comentando qué hace el vecino o qué deja de hacer, enumerando cada uno de sus defectos y errores, haciéndolos la comidilla del día. Adoramos señalar defectos ajenos, como si eso fuera a hacer desaparecer los nuestros y es que realmente vemos la paja en el ojo ajeno y no somos capaces de ver la viga en el propio. Que si los políticos, que si los profesores, que si los padres, que si Menganito y Fulanita... Pero realmente, ¿qué hacemos nosotros para cambiar el mundo? Si tanto nos molesta, ¿por qué no intentamos hacer algo al respecto? No, es más cómodo quedarnos sentado hablando sobre quién podría hacer algo en un supuesto caso hipotético que levantarnos y empezar a cambiar las pequeñas cosas que, aunque podrían parecer insignificantes, al final son las que importan. Porque las pirámides de Egipto se construyeron piedra a piedra, con esfuerzo, sudor, trabajo y tiempo, no hablando sobre como hacerlas. Así que, si eres de esas personas que se pasan el día criticando todo y a todos, quejándose y poniendo pegas, cierra la boca o haz algo por cambiarlo, porque el cambio empieza dentro de cada persona. Levántate feliz, dispuesto a sacarle una sonrisa a cada una de las personas con las que te cruzas y a hacer de este mundo un lugar un poquito mejor, porque es trabajo de todos y cada uno de nosotros, no de un alguien abstracto e impersonal que esperamos que aparezca cual super héroe a resolvernos la vida, y que, sintiéndolo mucho, no va a aparecer. Lo que tenemos que darnos cuenta, es de que ese héroe está dentro, oculto, esperando a salir a la luz con fuerza y energía, a enfrentarse con los villanos de nuestra sociedad. No hace falta proponerse grandes objetivos o metas imposibles, basta con cosas que realmente podamos cumplir, no requiere tanto esfuerzo, sólo un poco de positividad y ganas, ir poco a poco, lentamente, colaborando entre todos, hoy por ti y mañana por mi, para ser felices y hacer felices, porque, al fin y al cabo, eso es lo importante: Ser Feliz :D
"Voy a hacer un cambio, por una vez en mi vida, voy a sentirme bien, a marcar la diferencia, a hacer lo correcto. A la vez que me subo el cuello de mi abrigo favorito, el viento confunde mi mente, veo los niños en la calle, sin apenas nada que comer, ¿quién soy yo para hacerme el ciego fingiendo que no veo sus necesidades? Una mala pasada del verano, una botella rota y el alma de un hombre se siguen unos a otros en el viento, porque no tienen ningún lugar a dónde ir, por eso quiero que sepas que voy a empezar con el hombre del espejo, voy a pedirle que cambie su forma de ser, y no hay mensaje más claro que si quieres hacer del mundo un lugar mejor, échate un vistazo a ti mismo y empieza el cambio en ti mismo. He sido víctima de un amor egoísta y ya es hora de reconocer que hay gente sin hogar, sin dinero que gastar, ¿pude ser realmente yo quién fingió que no estaban solos? Un sauce resquebrajado, un corazón roto y un sueño olvidado siguen la pauta del viento, porque no tienen un lugar a donde ir, por eso empiezo conmigo mismo.Levántate, sabes que tienes que pararlo tu mismo, tenemos que hacer ese cambio hoy, no podemos dejarlo para más tarde, tienes que moverte, lo sabes, haz ese cambio, empieza por el hombre del espejo."
A veces no somos capaces de escuchar a aquellos que son más viejos que nosotros, con más experiencia, más sabios. Creemos que nos hablan sin saber y para que hagamos siempre lo que ellos quieren, y muchas veces no nos damos cuenta de lo equivocados que podemos llegar a estar. Porque ellos también fueron jóvenes en su día, fumaron, bebieron, se desfasaron, estudiaron a base de café el día antes de un examen... Nos pensamos que por el simple hecho de no decir nada no se dan cuenta de las cosas, y muchas veces simplemente deciden hacer la vista gorda y hacerse los tontos, para que aprendamos la lección por nosotros mismos y seamos capaces de madurar. La mayoría de las veces, a pesar de lo que queramos pensar, nos dicen las cosas por nuestro bien, porque saben de lo que hablan, han pasado antes por ahí y han estado en el mismo lugar que nosotros. "Eran otros tiempos", quizás, pero la gente joven en el fondo sigue siendo igual, inmadura, bipolar e impulsiva, seguimos haciendo las mismas locuras y dejándonos llevar por su adolescencia en una sociedad algo distinta de la de ayer. Nunca viene de más escuchar los consejos de nuestros mayores, pero es por todos sabido que por cabeza ajena no se escarmienta y que sin tropezar no podríamos levantarnos aún con más fuerza para seguir adelante aprendiendo de nuestros errores, y que las locuras, tonterías y desfases son imprescindibles para aprovechar esta etapa de la vida joven, divertida, y jodidamente alocada que seguramente quedará grabada a fuego para siempre en nuestros mejores recuerdos imposible de olvidar...
"- Just relax, take it easy, you're still young, that's your fault, there's so much you have to know. I was once like you are now, and I know that it's not easy to be calm when you've found something going on. But take your time, think a lot, why think of everything you've got for you will still here tomorrow, but your dreams may not. Stay, stay, why must you go and make this decision alone?
- All the times that I cried,keeping all the things I knew inside, it's hard, but it's harder to ignore it. If they were right, I'd agree, but it's them you know not me, now there's a way and I know that I have to go away... "
Es increíble como pasa el tiempo. Hace nada llegaba a Cádiz con un maletón, el estómago encogido y me despedía de mi familia con lágrimas en los ojos. Y de repente aquí estoy, más que acostumbrada a los horarios imposibles, a los trenes, a la gente... A dos días mal contados de Navidad, deseando volver a casa a comer mantecaos y a sentarme calentita con la familia.
Ahora, que vuelvo la vista atrás a aquellos primeros días de dudas, de incertidumbre, de no saber si conseguiría seguir teniendo contacto con mis amigos, si la amistad sería mas fuerte que la distancia, si el amor conseguiría pasar esa barrera, si se enfriaría la relación o no seríamos capaces de adaptarnos. Cierto es que aún no soy capaz de venirme desde Granada sin dejar que un par de lágrimas solitarias resbalen por mis mejillas, pero cuando llego a mi resi y me veo envuelta en ese ajetreo, en las movidas, en las risas, las bromas... Entonces me doy cuenta de que a ellos también los echo de menos, de que me gusta estar aquí, liándola con los que en este pequeño pueblo son ya mi familia... <3
Por qué? Por qué los profesores de universidad se creen que no tenemos vida social, ni comemos, ni dormimos, ni cogemos trenes, ni hacemos otra cosa que ir a clase, a seminarios, hacer millones de trabajos y estudiar, estudiar y estudiar? En qué momento la universidad se convirtió en un colegio, en el que casi tengo que hacer más cosas que en bachiller? Que si trabajo de economía, exposición en lengua, seminario el último día de clase de 8 a 10 de la noche de introducción a la economía de la empresa, que si ve a clase, que si examen de derecho el martes, que si test por internet el lunes, que si haz la grabación, que si examen práctico el viernes, que si actividades de mates para el miércoles... Os voy a confesar un secreto, NO SOMOS MÁQUINAS, nuestra energía ni es infinita, ni ilimitada, ni cualquier otro similar. Necesitamos descansar, echar una canita al aire, tener tiempo libre para salir, dormir o hacer lo que nos dé la gana. Y, sinceramente, tenemos derecho, porque somos jóvenes y es un desperdicio pasarnos el día estudiando cuando hay millones de cosas por hacer, gente que conocer y sitios que explorar. Y al final, ganará la pereza, la vagueza o las ganas de salir y le darán por saco a todo lo demás. Porque a mi también se me va la olla y, tirando los papeles al aire, me enfundo unos vaqueros y salgo a hacer algo más divertido que estar sentada delante de un tocho de apuntes que me miran con odio y rencor :)
Esos días que te levantas tarde, emperrada, sin ganas de hacer nada, que miras al bulto con ojos que tienes al lado (también llamado novio) que está aún más perezoso que tu, total y completamente sopa. Que abres un ojo pensando en levantarte y hacer algo productivo, y antes de que se haya terminado de formar la idea ya te estás dando la vuelta y borrándola de tu mente. Esos días que solo apetece tirarte en el sofá con palomitas a ver una peli tras otra, o dormir hasta que tu cuerpo no admita más horas de sueño, o darte un baño calentito escuchando música sin hacer nada más...Y es que a veces una tarde, una mañana o un día de estos están bien, tambien hay que tomarse un respiro, un tiempo para perderlo, pero hay que tener cuidado de que no se convierta en rutina, porque, queridos amigos, el tiempo es oro y cada segundo que desperdiciamos o pasamos sin hacer nada es un segundo perdido, que no va a volver nunca y hay que aprovechar cada uno de ellos al máximo, siendo feliz a cada momento y disfrutando cada uno de esos instantes para que sea mágico e inolvidable.